1. Recordamos que:

  • Sanar es Amar…
  • Que reconciliarnos con nuestros padres es equivalente a reconciliarnos con nosotros mismos

2. Hay 3 tipos básicos de Ausencia:

  • Por muerte
  • Por abandono
  • La ausencia presente (cuando se está físicamente presente pero ocupado en otras tareas y no se involucra a los hijos, entonces se está emocionalmente ausente).

3. Puntos a considerar:

  • Hay que tener fe en el amor de los padres: Para cultivarlo se puede decir uno a sí mismo: “mis padres me aman”.
  • Existe un vínculo de sangre que está más allá de la voluntad humana, la sangre quiere relacionarse con su sangre. El padre o madre ausente sufre por no estar con sus hijos.
  • El amor trasciende el tiempo y la distancia. Se puede amar a la distancia.
  • Así como existe la ausencia presente también existe la presencia ausente, es decir que aunque nuestros padres no estuvieran con nosotros físicamente, se les puede amar y sentirlos cercanos emocionalmente. Esto es muy sanador.
  • La distancia de mí hacia ti, es la misma de que la distancia de ti hacia mí, basta con que uno de los dos se acerque y la distancia se acorta.
  • Le debemos la vida a nuestros padres, ellos ya nos dieron lo más grande: la vida.
  • Nuestro niño interior quiere amar a nuestros padres y quiere sentirse amado por ellos.

4. Algunos consejos para la reconciliación con nuestros padres que fueron ausentes:

  • Oración por ellos y pedir por la capacidad de amarles.
  • Agradecerles por la vida.
  • Honrar su nombre (siendo buenos hijos)
  • Pensar en lo bueno que nos dieron.
  • Sanar los malos recuerdos.
  • Encontrar la bendición de la ausencia: el que hayamos tenido ausencia nos puede haber dado ciertos dones, como el hecho de ser más independientes o aprender a valernos por nosotros mismos.
  • Visualizaciones de muestras de amor: Cerrar los ojos, respirar profundo e imaginarnos que abrazamos a nuestros padres y les declaramos nuestro amor: “papá te amo” “mamá te amo”.
  • Si es posible, relacionarme con la familia de nuestro progenitor ausente.

5. Algunos consejos específicos en caso de muerte:
Además de lo anterior considerar lo siguiente

  • Confiar en que el espíritu es eterno y aprender a desarrollar una relación amorosa en forma espiritual.
  • Aceptar estar tristes y procesar el duelo.
  • Aceptar el don de su partida, cuando nuestros padres se mueren nos dejan ciertos dones y bendiciones, además nos siguen cuidando como ángeles.
  • Visitar el cementerio para amarles y honrarles.
  • Hacer ceremonias religiosas en su nombre (misas, cultos, etc.)
  • Tener una fotografía de ellos en nuestro altar personal.
  • Si nuestro progenitor que ha partido dejó alguna deuda, proyecto o plan pendiente, si es posible hay que pagarla o cumplirlo.
  • Servir a algún anciano/a en honor a nuestro progenitor.

6. Consejos para sanar la ausencia por abandono:

  • Aceptar el hecho de que uno o ambos de nuestros padres no hayan estado con nosotros.
  • No juzgar a nuestro padre/madre ausente, habrán tenido sus razones para abandonarnos.
  • Conocer la historia de nuestro progenitor ausente, eso nos ayuda a comprenderle, no para justificarle, sino para entender sus carencias.
  • Tener una fotografía de él/ella.
  • Un consejo especial para la madre o padre que se quede con los hijos: hábleles bien de su pareja a los hijos, después de todo es el progenitor y merece el amor de ellos.
  • Para los niños que están sin su padre o sin su madre es bueno buscar una figura paterna o materna de acuerdo al caso para que ellos tengan un modelo apropiado de hombre o mujer. Lo que sí es muy importante es que comprendan que después de Dios, nadie los ama tanto como sus propios padres.
  • Buscar oportunidades de un reencuentro (mantener la puerta abierta).
  • Si fuera posible Iniciar algún tipo de comunicación con el progenitor/a ausente (cartas, e-mail, tel., etc.)

7. Consejos para sanar la ausencia con presencia:

Hay varias razones para la ausencia con presencia, por ejemplo: enfermedad, depresión, histeria, indiferencia, adicción, trabajo, etc.

  • Hay que aceptarles, no hay que juzgarles.
  • Igualmente hay que conocer su historia para comprenderles.
  • Pensar que en lo profundo nuestro progenitor quiere o quiso estar con nosotros.
  • Acercarme a mi progenitor poco a poco.
  • Buscar formas de compartir que sean de interés mutuo.
  • Hablarle de lo importante que es para uno y declararle nuestro amor.
  • Agradecerle por lo que nos ha dado.
  • Servirle.

1 comentario

Lucia · febrero 7, 2014 a las 5:29 am

Gracias por los consejos, fue muy oportuno leerlos!!

Bendiciones

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